La rinoplastia o cirugía de nariz es una de las cirugías más frecuentes en cirugía plástica. Consiste en la modificación del contorno, forma, tamaño o dirección de la nariz por medio de diferentes técnicas quirúrgicas, donde se busca principalmente mejorar la apariencia y en ocasiones, el funcionamiento de la nariz. En la cirugía se modifican las estructuras óseas, los cartílagos y la piel, con el fin de lograr una mejor armonía de la estructura facial.
Esta cirugía tiene diferentes variantes y la que se elija depende principalmente de las necesidades del paciente. No existen dos cirugías de nariz iguales.
En general la rinoplastia permite corregir desviaciones, abultamientos, nariz demasiado ancha y en general cualquier defecto en el aspecto de la misma y en la mayoría de las ocasiones no deja cicatrices visibles.
Durante la rinoplastia es posible corregir además desviaciones del tabique nasal (septoplastia), obstrucciones nasales o incluso mejorar el aspecto funcional de la nariz, mejorando la forma como ingresa el aire a la misma (turbinoplastia).
Es un procedimiento ambulatorio, que se hace bajo anestesia general, en un quirófano con anestesiólogo, con una duración de 3 a 6 horas dependiendo de la técnica elegida, de los procedimientos adicionales y de la estructura facial de cada paciente. En algunos casos se usan injertos de hueso, cartílago e incluso sintéticos para moldear mejor la nariz.
Posterior al procedimiento se realiza un taponamiento nasal que se retira enntre las 24 y 72 horas posteriores y en algunas ocasiones se pone un vendaje con férula que se retira entre 8 a 10 días. La persona puede regresar a sus actividades cotidianas al cabo de una semana. La rinoplastia se recomienda hacerla luego de que la persona ha terminado su desarrollo corporal, esto ocurre normalmente a los 16-17 años en las mujeres y a los 18-19 años en los hombres.